Mi amiga la galleta parte 2

Posted: sábado, 21 de julio de 2012 by Sue Uzumaki in
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Hola amigos, tanto tiempo sin leernos y después de toooodo este tiempo les traemos la segunda parte del cuento de nuestro buen amigo "Trece" "Mi amiga la Galleta" titulado:

Mi nuevo amigo el pastel.
Hace no mucho, perdí a mi mejor amiga en una pequeña discusión, la cual creo ahora que ni siquiera valía la pena, pues por nada perdí a mi amiga la galleta. En un principio fue bastante difícil la perdida de mi pequeña amiga, pero con el paso de los días lo he superado e incluso ahora tengo un nuevo amigo, el pastel de chocolate.
Mi nuevo amigo es muy especial para mí, con sus enormes ojos de cereza, su boca de trozos de mango y una cabellera de trozos de chocolate, era simplemente inigualable en textura y sabor.
En un principio mi relación con mi nuevo amigo fue bastante buena, salíamos al cine, íbamos a patinar, comíamos pizza en el centro comercial, en fin, me sentía como alguna vez me sentí con mi pequeña amiga la galleta, lo que después nos empezó a causar algunos problemas.
Un dia mi amigo me invito a conocer a su familia, y yo feliz accedí a ir. Su padre era un viejo y rechoncho panadero con un abundante bigote blanco y su madre un enorme horno en el que daba vida a decenas de pasteles como mi amigo y a cientos de galletas, biscochos y panecillos.
La familia de mi pequeño y dulce amigo resultaba ser sorprendentemente numerosa después de todo, sin embargo, para sus padres mi amigo era el consentido, y a quien nunca hubieran dejado ir si no fuese por que yo logre convencerlos de que conmigo estaría bien.
Así pasaron los días y poco a poco las cosas fueron mejorando con mi pequeño amigo, a tal grado que la situación era igual que los viejos tiempos con mi pequeña amiga la galleta, lo que después me fue poniendo más y más melancólico.
Un dia estaba sentado en mi cama recordando lo bien que me la pase con mi amiga la galleta y pensando en lo que le había hecho, fue entonces que mi dulce amigo, preocupado por mi aspecto, me ofreció consuelo como lo haría cualquier amigo, sin embargo, yo lo rechacé y le pedí que me dejara solo, peri el pequeño insistió hasta que termino haciéndome enfurecer, fue entonces que sin pensarlo lo empuje de la cama y lo único que alcance a escuchar fue el impacto de su esponjoso y delicado cuerpo contra el frio suelo de mi habitación.
Al asomarme desde la orilla de la cama preocupado de lo que le había sucedido a mi fiel amigo presencie lo que menos esperaba, el pequeño había quedado deshecho en el piso, fue entonces que no me quedo mas que lamentarme y enfrentar a sus padres, quienes, como era de esperarse, no tomaron lo sucedido nada bien y decidieron desquitarse conmigo por lo que le había hecho a su pequeño hijo.
Han pasado unos días desde lo sucedido y ahora simplemente veo pasar a las personas tranquilamente bajo la nieve de invierno desde este aparador en el que los padres de mi amigo me colocaron, pues ahora solo espero que alguien me lleve consigo para que pueda tener de nuevo un amigo, y creo que esta vez lo podre hacer mejor, pues en lo que me convirtieron el panadero y el horno me ayudará a parecerle mas agradable a las personas, pues he dejado de ser un humano y ahora no soy mas que una pieza mas de repostería, un postre navideño, un hombre de jengibre…

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